Hay cargos de confianza que no son de fiar.
Salvo que las pruebas que se van hallando sean falsas, la firma automovilística francesa Renault ha podido comprobar hasta qué punto algunos nunca fueron acreedores ni de los sueldos de que disfrutaron ni, desde luego, de la confianza que obtuvieron. Las primeras señales de alarma llegaron a la empresa en verano pasado y el trabajo de unos detectives privados facilitó a la compañía dar un golpe digno de película: el lunes 3 de enero los tres directivos sospechosos de haber vendido información confidencial sobre el proyecto de Renault de vehículo eléctrico fueron invitados a abandonar sus puestos de trabajo, quedaron suspendidos de empleo y sueldo y, por supuesto, tuvieron que dejar allí sus ordenadores.
A los detectives se han sumado los servicios secretos franceses. No hay que olvidar que el 15% de Renault sigue siendo del Estado, por lo que el Gobierno galo ha puesto el máximo interés en esta guerra comercial en la que hay muchos millones en juego. Solo en el proyecto del coche eléctrico Renault (junto con su socio Nissan) ha invertido 4.000 millones de euros y ha generado 200 patentes.
Fuente:
EL PAÍS, Edición Impresa
20/01/2011
http://www.elpais.com/articulo/opinion/Espias/coche/electrico/elpepiopi/20110115elpepiopi_3/Tes